Después de aceptar mi nuevo “empleo” como comercial de publicidad, y después de unas cuantas visitas en la espalda, me di cuenta (aunque ya lo había notado) que la publicidad en la radio corre un grave peligro. Ya no solo por las difíciles situaciones económicas de los anunciantes, sino por la propia esencia de medio masivo intrínseca en este tipo de publicidad.
Me he encontrado que, cada vez más, los anunciantes no cuentan con la radio para lanzar su negocio o para darle más “bombo y platillo” al mismo. No creen en este tipo de publicidad, cara y poco efectiva. Cada vez son más los esfuerzos de los comerciales por darle un valor añadido a las típicas formulas de cuñas, ya sea con acciones especiales, microespacios o, incluso, la venta de los “pitos” horarios de la emisora de turno.
Si señores, el mundo digital, más practico y económico, le está pasando la mano por la cara, y eso que por desgracia en nuestro país aun no se controla demasiado bien el mundo de los blogs, buscadores, twitter y facebook.
Otro problema que dificulta la supervivencia de la radio como soporte publicitario es la mala medición de las audiencias. En esta, nuestra emisora, tenemos problemas para contabilizar el número de oyentes que nos siguen, puesto que el EGM solo se hace en base provincial. A parte, ¿Cuán exactos pueden ser estos estudios de audiencias preguntando al oyente en base su recuerdo de lo que escuchó ayer? Y es más, ¿Cómo podemos asegurar que, aún oyendo la programación de la emisora, no hagan “zapping” radiofónico durante los cortes publicitarios y, por tanto, sean impactados por las cuñas?
Son preguntas que me lanzo día a día y que me rondan por la cabeza, y que, por desgracia, son aplicables también a la TV y a la prensa. Porque por muy sofisticados que sean los sistemas de medición actuales, siguen sin tenerse en cuenta la gente reunida delante del televisor en un bar para ver el fútbol, o la cantidad de gente que relee los periódicos gratuitos (o no) que han abandonado en asientos de tren o metro, o la gente que entra tarde a las salas de cine sin visionar los anuncios porque se han entretenido comprando palomitas, etc.
Para aquellos que también piensen en el futuro de las mediciones de audiencia, he encontrado un artículo (gracias Twitter) relacionado con las tendencias en este campo (audimetría) bastante interesante:
Me he encontrado que, cada vez más, los anunciantes no cuentan con la radio para lanzar su negocio o para darle más “bombo y platillo” al mismo. No creen en este tipo de publicidad, cara y poco efectiva. Cada vez son más los esfuerzos de los comerciales por darle un valor añadido a las típicas formulas de cuñas, ya sea con acciones especiales, microespacios o, incluso, la venta de los “pitos” horarios de la emisora de turno.
Si señores, el mundo digital, más practico y económico, le está pasando la mano por la cara, y eso que por desgracia en nuestro país aun no se controla demasiado bien el mundo de los blogs, buscadores, twitter y facebook.
Otro problema que dificulta la supervivencia de la radio como soporte publicitario es la mala medición de las audiencias. En esta, nuestra emisora, tenemos problemas para contabilizar el número de oyentes que nos siguen, puesto que el EGM solo se hace en base provincial. A parte, ¿Cuán exactos pueden ser estos estudios de audiencias preguntando al oyente en base su recuerdo de lo que escuchó ayer? Y es más, ¿Cómo podemos asegurar que, aún oyendo la programación de la emisora, no hagan “zapping” radiofónico durante los cortes publicitarios y, por tanto, sean impactados por las cuñas?
Son preguntas que me lanzo día a día y que me rondan por la cabeza, y que, por desgracia, son aplicables también a la TV y a la prensa. Porque por muy sofisticados que sean los sistemas de medición actuales, siguen sin tenerse en cuenta la gente reunida delante del televisor en un bar para ver el fútbol, o la cantidad de gente que relee los periódicos gratuitos (o no) que han abandonado en asientos de tren o metro, o la gente que entra tarde a las salas de cine sin visionar los anuncios porque se han entretenido comprando palomitas, etc.
Para aquellos que también piensen en el futuro de las mediciones de audiencia, he encontrado un artículo (gracias Twitter) relacionado con las tendencias en este campo (audimetría) bastante interesante:
http://www.marketingnews.es/varios/opinion/1044555028705/audimetria-incertidumbres-retos.1.html?utm_source=rss&utm_medium=feed&utm_campaign=20091218&utm_source=twitterfeed&utm_medium=twitter
Así pues, ¿Cuál es el futuro de la medición de audiencias? ¿Y cómo se lo montarán los soportes masivos para soportar la embestida del mundo digital? Viene una época de cambios, rápidos y determinantes, y quizás sea hora de reflexionar y abandonar el “ya veremos lo que pasa”.
Así pues, ¿Cuál es el futuro de la medición de audiencias? ¿Y cómo se lo montarán los soportes masivos para soportar la embestida del mundo digital? Viene una época de cambios, rápidos y determinantes, y quizás sea hora de reflexionar y abandonar el “ya veremos lo que pasa”.
¡Que los bytes y la fuerza os acompañen!
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